Primera Ciclotravesia 14 OCHOMILES. “Uno no viaja para conocer sino para cambiar de ideas”.
Mi padre corrió la 7ma Vuelta a Colombia en 1957. Supongo que el sufrimiento de esta hazaña, en parte, hizo que cuando yo era niño se hablara poco sobre bicicletas en casa. Fuera de un trofeo de madera con la bicicleta dorada en la parte superior, ganado por el en alguna carrera amateur en los 70, no había mayor vinculo real en casa con la bicicleta. Pero parece que eso se trasmite en la sangre. Empecé a irme a la universidad en Bicicleta cuando nadie lo hacia, y a partir de ahí mi relación y afición por el caballito de acero ha ido creciendo hasta convertirse en una obsesión, dice mi esposa. Pero entonces la bicicleta ha sido durante largos años mi principal y preferida forma de transporte en la ciudad, y el ciclismo de ruta y montaña es mi actividad física de rutina. Entreno fuerte, por temporadas casi todos los días, por pasión, para mantenerme bien física y mentalmente, ganarle a uno que otro amigo, conocido o desconocido, superarme a mi mismo, respirar aire puro, ver de reojo uno que otro paisaje. Pero ahí, pare de contar.
“Siempre me ha gustado
viajar, pero viajar en bicicleta tiene un componente importante, “autonomía”, viajar al ritmo propio,
con el propio esfuerzo, ser selectivo y pensar minimalista para llevar lo
necesario. Ya quedé enganchado y quiero volver a hacerlo.
Aprendí muchos tips de
viaje, compartí con personas diversas y disfruté mucho la experiencia.
Gracias por promover éstas
actividades.” Daniel Rodriguez. Participante Ciclotravesía.
Desde
que recuerdo he admirado también a esos ciclistas que deciden dejarlo todo en
la vida por salir con sus bicicletas de alforjas pesadas, casa a cuestas, por
meses y meses y a veces años, con el pretexto de conocer el mundo. Se me vienen
de inmediato a la cabeza unos con los que me crucé en la indescriptible y caótica
Varanasi. Hasta dónde llega la locura, pensé. Y sin entender muy bien por que,
pues no lo he hecho nunca, digo que algún día quiero hacer eso mismo junto a mi
familia. Tal vez por la sola idea romántica de darle “la vuelta al mundo en
bicicleta” y lo que uno se imagina que eso pueda significar. Bueno, mientras
mis hijos crecen y mi esposa se decide a empezar a pedalear, lo seguiré soñando.
“Deseo expresar mi
complacencia por haber participado de la CICLOTRAVESIA. Fue una experiencia
inolvidable en compañía de mi querida esposa. Se conoció de cerca los bellos paisajes y poblaciones
Cundiboyasenses. Fue única ésta oportunidad y difícilmente se puede hacer de
otra manera, se creó equipo y se compartió con personas maravillosas que hoy
son mis amigos , todos llenos de un gran espíritu deportivo y aventurero, fue
muy gratificante". Luis Perez. Participante Ciclotravesia.
La ciclotravesia
14 OCHOMILES se me planteó como una primera aproximación a este tipo de
“expresión” de la bicicleta. Lejos de ser un reto físico para mi, me ilusionaba
la idea de vivir y entender que se teje en este tipo de travesías. Amo la
naturaleza y el paisaje. Me gustan los mapas, y con ellos los territorios, los
caminos veredales, sus gentes. Persigo desde siempre la idea de viajar como
forma de aprendizaje y conocimiento. Con un grupo disímil y desconocido mejor.
Y en bicicleta, maravilloso.
“Hoy cuando pienso en el
paseo en bicicleta con alforjas me siento muy feliz y orgullosa de mi misma de
haber vencido el miedo a lo desconocido.
Cada vez que llegábamos a la
cima de montaña para mi era un triunfó. Y hoy cuando salgo a rodar por las
calles siento cuánto gane y crecí en destreza”. Gina Franco. Participante
Ciclotravesia.
Siempre
le he huido a los guías. Mañas que uno va cultivando desde joven para inflar el
ego, lo más probable. Pero alguien que llame a su empresa PEDALEANDO ALMA, me
dejaba intuir que algo iría bien por esta vez. “Uno no viaja para conocer sino
para cambiar de ideas”. Entonces fueron 4 días, 4 etapas, para ir de Bogotá a
Villa de Leyva que me recordaron el ritmo y la escala de aquella época en que
solía hacer montañismo. Dónde ir despacio es ir mejor, y dónde no importa a
donde quieres llegar sino la forma en que lo haces. Dejé a un lado la parte
deportiva de la bicicleta, convirtiéndola en el simple vehiculo que da la
posibilidad de apropiarse del territorio y de vivir el paisaje con todo lo que
ello significa; Interactuar con las personas que lo conforman, observarlo,
sentirlo, olerlo. Y así ir llegando a lugares. Los pueblos con sus restaurantes
y hoteles, los no-espacios o lugares de transito que nos dejaban descansar para
poder volver a pedalear y seguir construyendo el camino.
Arrancamos estrenando
alforjas, llenos de cosas que de pronto no necesitábamos. Alguna ropa de mas,
chucherías que fuimos compartiendo para alivianar y liberar espacio. Pero sobre
todo llenas de ilusiones y expectativa a lo que se venía.. .y luego de vivir
esta experiencia en nuestros caballitos de acero, nos dimos cuenta que lo
verdaderamente importante, se fué construyendo con cada pedaleada, con cada
consejo recibido o dado, con el placer de compartir con personas que sentimos
conocer hace rato, agradeciéndole a la vida por permitirnos vivirla y seguir
pedaleando…” Gabriel Luna. Participante Ciclotravesia.
A
su vez, los largos periodos de silencio en el sillín en estado contemplativo
empiezan a crear también un estado meditativo y de reflexión de los
pensamientos, las emociones y las acciones. Una especie de ritmo interior hace
que vayan y vengan y podamos ver todo de forma más clara. Al menos en ese
momento. Tal vez lo que el budismo llama vivir el presente. Pero créanme, mil
veces más potente de lo que normalmente uno explora sobre una bicicleta.
“Fue un espacio para vencer
dragones que en el pasado podrían haberse interpuesto en realizar alguna
ciclo-travesía o actividad similar. Tuve la oportunidad de conocer una parte
del altiplano Cundiboyacense y de pedalear con excelentes amigos. Estoy 100% de
acuerdo que cada vez más se fomenten ciclo-travesías”. Daniel Bayer. Participante
Ciclotravesia.
Y por supuesto, también hay campo para la interacción personal. Recordamos que cada persona es un mundo tan amplio y rico como uno lo quiera ver. ¿Pero como no entenderse si todos ya estabamos sumergidos en el libre y lento ritmo de quien se encuentra en una ciclotravesia errando y derivando en el exuberante territorio Colombiano? “Reviviendo afuera para vivir adentro”.
Si quieres asistir a la próxima CICLOTRAVESIA ORTLIEB 14 OCHOMILES, CLIC